En el siglo I aC, el escritor, arquitecto e ingeniero romano Vitruvio codificó fórmulas de construcción específicas basadas en los principios rectores de fuerza, utilidad y belleza. Creía que la arquitectura estaba intrínsecamente vinculada a la naturaleza y era una imitación humana del orden cósmico. La interpretación más conocida de este postulado es el Hombre de Vitruvio, de Leonardo da Vinci, en el que la forma masculina se representa en unidad con el cuadrado y el círculo, que representan la existencia material y espiritual, respectivamente. El mundo de Vitruvio es una obra de arte multinonodal y recursiva que encarna los principios de Vitruvio dentro de este contexto. Existiendo en tres espacios distintos pero interconectados, el trabajo abarca simultáneamente lo virtual, lo físico y la red que los conecta.
Con fondos de la Andy Warhol Foundation for the Visual Arts